
El sector de la comunicación supone un gran nicho de mercado para la traducción, y sin embargo es un completo desconocido si lo comparamos con otras especialidades más longevas como la traducción especializada o la traducción audiovisual.
Y digo longevas porque la traducción de comunicación, si nos enfocamos hacia la comunicación digital, es una especialidad joven, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de un sector que está en constante renovación.
Como mi especialidad es la traducción aplicada a la comunicación, y más concretamente ahora me dedico a la traducción para comunicación corporativa, quiero compartir algunas claves y datos a tener en cuenta para arrojar algo de luz a este mundo que todavía está por descubrir:
- A grandes rasgos, cuando hablamos de comunicación corporativa vamos a diferenciar dos bloques: la comunicación interna (dentro de la propia empresa) y la comunicación externa (comunicación digital, comunicación offline y difusión de marca en general). Es importante puntualizar esto porque dependiendo del bloque en el que nos estemos moviendo en cada momento, traduciremos siguiendo unas pautas concretas.
- Y siguiendo con el punto anterior, la audiencia de nuestras traducciones también será diferente en estos dos bloques: en el caso de la comunicación interna, tendremos que tener en cuenta que nos leerán los propios empleados de la empresa en sus distintas sedes, y en el caso de la comunicación online, nuestra audiencia serán los clientes potenciales y cualquier visitante que llegue a la web o a las redes sociales.
- El objetivo de la comunicación es difundir la marca y los valores de una empresa, y el objetivo de su traducción, el mismo. No podemos olvidarnos de que como traductores de comunicación, en definitiva nos estamos convirtiendo en “guardianes de la marca” en el mercado de destino, y nuestra responsabilidad es conseguir que los valores de la marca y todo aquello que las acciones de comunicación quieran transmitir también llegue al público de esa otra lengua a la que nosotros estamos traduciendo. En definitiva, nuestra labor implicará necesariamente utilizar la transcreación: o dicho de otra forma, adaptación cultural y lingüística, donde la esencia del mensaje y su objetivo tienen más peso que el contenido en sí.
- Objetivo: otra palabra clave en este contexto. ¿Qué está buscando la empresa con esa pieza de contenido en concreto? Cuanto más sepamos, mejor, ya que lo que se espera de nuestro producto (la versión traducida del contenido) también cumpla esa función en la lengua meta. A lo largo del proceso, es crucial que resolvamos cualquier duda que nos surja y que traslademos a la persona de contacto cualquier sugerencia y comentario relevante para el contenido.
- Y por último, debemos tener en cuenta el concepto de continuidad. Cuando traducimos para comunicación corporativa, es muy probable que haya contenido que haga referencia a otro contenido anterior, que se hable de eventos que ya han tenido lugar anteriormente, o de las diferentes etapas de una operación o acción concreta. Nos va a venir muy bien en este caso volver al contenido anterior para refrescarnos la memoria y conseguir una traducción que vaya alineada con lo que se haya publicado anteriormente.
Y ya está, al menos a grandes rasgos. Aunque, por supuesto… ¡creatividad! La creatividad será nuestra gran aliada cuando traduzcamos en el ámbito de la comunicación, al igual que ocurre al traducir publicidad, siempre habrá casos en los que será necesaria la adaptación cultural y lingüística, pero… esa es la miga de la traducción, ¿no? 🙂
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